lunes, 1 de octubre de 2012

FLORES, TRADICIÓN Y SENTIMIENTO.


   A estas horas, todo mi orbe cibernético conoce la gran noticia. Sí, soy la Fallera Mayor de mi falla. Y he de confesar, que para hoy había preparada otra entrada. Pero no he podido evitarlo, "el sentiment ha manat i he d'escriure del que ara sent: FALLES"

   El pasado fin de semana celebramos el acto del "Nomenament i Demanà" de nuestras falleras mayores para las fallas de 2013. Es un acto chiquitito, muy sencillo, pero probablemente de los más emotivos para las que tenemos la dicha de ser esa persona especial, la niña y señorita a las que les van a otorgar ese título que tanto nos llena a algunas.

   Los que me conocéis, sabéis lo que para mi significa ser fallera. Dios, en su infinita sabiduría, me concedió el regalo de nacer en "la meua terreta", de venir al mundo en Valencia. Cuando pasa eso, cuando la capital del Turia es la que te recibe en sus brazos, con tu primera bocanada de aire, lo que recibes es una mezcla de aroma de azahar, salitre del Mediterráneo, calor y color de un Sol o de una Luna Sorollesca, e indefectiblemente, sabor a fuego, a pólvora y a ninot. Y desde ese momento ya estas perdido. Y sólo hallarás tu lugar, tu camino, en un casal fallero, rodeado de gente que respiró lo mismo que tú y que tiene en las venas el mismo bichito, ese bendito virus fallero que envuelve tu vida en telas de seda y otomán, que cubre tus pies con zapatos salidos de la Corte de cualquier Rey del siglo XXVIII, que te enseña a conocer, respetar y difundir cómo fueron tus abuelos, y los abuelos de tus abuelos, y te concede la dicha de legar ese conocimiento a los pequeños de la casa, así, en un susurro, casi sin darse cuenta, que es como mejor se aprenden las cosas.

   No lo pedí, pero fue mi primer regalo: nacer fallera. Desde entonces, mi falla es MI FALLA, y tienes ese sentimiento que tienen las madres de que nadie me la toque que por ella MATO. Porque en el fondo, así es, es como un hijo, al que le dedicas muchas, muchas horas a lo largo del año para que siga creciendo alta y fuerte. Pero a la vez, es también tu madre y tu padre, que te acoge en sus brazos, te arrulla con su música y con sus costumbres. Ese casal, esas cuatro paredes, se convierten en TU sitio. Esa eres tú.

   Como todos los sentimientos, es imposible describirlo, pero estas letras son la punta de ese iceberg, una ínfima pincelada de lo que anida en mi. Y leyéndolas, podréis entender, lo que para mí significa poder ser la Fallera Mayor de MI falla.

   Añádanle a eso, queridos lectores, que junto al homenaje, las flores recibidas, los regalos inesperados, (y el stress de preparar la cena, sentar, organizar y contentar a toda la falla en un espacio parecido al camarote de los hermanos Marx....uffff... que fue peor que una boda.....), TODA MI GENTE ESTABA ALLÍ.

   Justo delante de dónde yo me sentaba, había una mesa en la que me acompañó toda mi familia y mis amigos. Para mí, fue muy importante esa mesa, porque de verdad sentí que mi gente estaba conmigo, y para mí no hay nada más importante. Esa mesa era toda mi vida (sólo faltaba mi yayete querido, pero sé que desde arriba no se perdió un detalle......). Por eso, a esa mesa, a MIS AMIGOS, que son mis brazos y mis piernas, y MI FAMILIA, que son mis ojos y mi corazón: GRACIAS. Gracias una y mil veces por haber formado parte de uno de esos momentos felices de mi vida. De esos que cuando la edad me vaya venciendo, traerán a mis labios una sonrisa de alegría acompañada de los recuerdos.

   A mi otra familia, a los falleros, gracias por haberme demostrado vuestro cariño. Con algunos de vosotros lo he hablado ya personalmente, pero desde aquí, otra vez quiero reconoceros ese esfuerzo porque todo saliera bien, porque todo estuviera en su sitio y para hacerme sentir una verdadera reina. Pude sentir vuestro cariño, lo recogí con cuidado y lo guarde en mi caja de sentimientos.

   Y a mi niña, qué le voy a decir a mi niña. No puedo decir más que que Marta sea mi Fallera Mayor Infantil es otro de esos regalos que me ha dado la vida. No se puede ser más dulce y más guapa. Y desde hoy, y para siempre, será mi princesa. Marta: TE QUIERO.

   Nuestro año ha comenzado. Mis venas ya sienten la llama y la música. Mi corazón ya palpita a ritmo de la pólvora. Mis ansías ya andan desbocadas esperando el momento en que empiece la fiesta. Marta y yo, Yo y Marta estamos preparadas, así que : "SEÑOR PIROTÉCNIC, POT COMENÇAR LA MASCLETÀ"




 

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